Son dispositivos transparentes que se colocan en la boca (generalmente en la arcada superior), personalizadas y diseñadas para conducir o inducir los movimientos mandibulares hacia determinados objetivos.
Una placa programada empieza con un registro al paciente de la relación del cóndilo con respecto a la base del cráneo y los planos de referencia fijos en cada uno de ellos. Esas medidas se trasladan a un articulador en el que se analiza la mordida del paciente y sus inclinaciones del ángulo fijo para, junto con otras ayudas, realizar su elaboración.
Están indicadas para pacientes que:
▪ Bruxan, aprentan o rechinan sus dientes bien sea diurno o nocturno.
▫ Tienen espamos musculares en la zona de la cara, cuello o espalda.
▪ Presentan dolor de oído y cuyo otorrino detectó articulación temporomandibular y les recomendó la placa porque su mordida no está bien.
▫ Tienen vértigo o algún dolor en la articulación temporomandibular.
▪ Presentan problemas de desequilibrios en movimiento o trastorno esquelético que hacen que no se tenga equilibrio entre el lado derecho y el izquierdo.

